Nació en Orihuela (Alicante) en 1910, en una familia campesina. Durante la Guerra Civil se alistó como voluntario del lado republicano. Al terminar la guerra fue encarcelado, y en la cárcel de Alicante murió, de tuberculosis, en 1942.
La poesía de Miguel supone una clara vuelta hacia los temas <<humanos>>, en contra de las teorías dell arte deshumanizado defendidas por algunos de los años veinte.
Juan Gil-Albert
Nació en Alcoi en 1906. Cursó estudios de Derecho y Filosofía y Letras en Valencia. Influido por Gabriel Miró, publicó él mismo sus primeros libros. Gracias a las Misiones Pedagógicas tomó contacto, a partir de 1934, con escritores como: Lorca, Dieste, Cernuda, Chacel, etc.
Su obra, poética elegante formalmente, está plena de un sereno espíritu clásico y una mediterránea vivencia sensual, pero dominada por un tono de melancolía íntima. El tema que domina es la sincera meditación autobiográfica: Misteriosa presencia y Candente horror, ambos de 1936, Concertar es amor (1951), Los días están contados (1974) o A los presocráticos (1976).
Juan Chabás
Nació en Denia en 1898. Estudió Derecho y Filosofia Y Letras en la Universidad de Madrid. Exiliado en 1939, fue profesor de la niversidad de Génova (Italia) y posteriormente en la de La Habana (Cuba).
Obras más destacadas: Espejos (1920), Sin velas, desvelada (1927). Sus obras eran historiográficas y criticas.
Década de 1940
En los primeros años de la posguerra, se distinguen dos tendencias destacadas. Por un lado, una poesia clasicista, tanto en la forma (estrofa y versos clásicos, como el endecasilabo y el soneto) , como en los temas (el sentimiento religioso, el amor, el paisaje...). Por otro, se produce una pesía desarraigada, que habla del mundo y del hombre contemporáneos con un tono amargo y directo.
La máxima expresión de esta poesía es un libro de Dámaso Alonso: Hijos de la ira, publicado en 1944.
Otros poetas de esta época son Leopoldo Panero, Luis Rosales y José Luis Hidalgo.
Poesía social de la década de 1950
Gabriel Celaya |
Es la poesía social, que parte de la idea de que en su función primordial no consiste en expresar los sentimientos personales del autor sino los problemas y sufrimientos de los hombres de su tiempo.
De ahi que los temas fundamentales de esta poesía sean dos: la preocupación general por España y la denuncia de la situación concreta del hombre. Se busca un lenguaje claro y sencillo, con un tono coloquial.
Los poetas más representativos de esta tendencia son Blas de Otero, con los libros como Pido la paz y la palabra, y Gabriel Celeya, autor de Tranquilamente hablando.